Silenciosamente clavo mi mirada en el reloj de mi habitación y contemplo como el segundero no deja de avanzar a un ritmo impresionantemente acelerado, suspiro y trato de ver a otro lado, de desviar mi mirada hacia otra parte de mi habitación y descubro sorprendentemente que ahora las cosas sutiles he imperceptibles de la vida me estan acongojando mas de lo normal y que ahora me siento la mujer mas sensible del mundo y que extraño profundamente las cosas sencillas de la vida. Sera que con el correr de los años deje de lado la simpleza de las cosas rutinarias que desfilaban por mis ojos desde que tengo uso de razón, y que en este entonces solo me limito a observar mi vida pasar sin fijarme en los detalles que se desprenden de ella y mi alrededor, ¿Cúando me volví tan fría? ¿Cúando deje de pensar en las horas y empeze a pensar en los días?.
No puedo recordar el último día que reí con mis padres, tampoco puedo encontrar la última vez que jugue sin importarme lo tarde que se hacia, o quizás la última vez que me eche sobre el suelo a mirar el firmamento sobre mí y disfrutar sintiendo la vida pasar tranquilamente.

Soy idiota, pero te quiero, te quiero terriblemente, locamente, que es la única manera que tengo yo de amar.


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