Eres de esos tíos que dicen te quiero sin sentirlo, de los que te hacen sentir la persona más especial del mundo sin realmente creer que lo eres. Eres el típico tío que con una sonrisita tienes a todas comiendo de tu mano, incluida a mi. Pero yo no quiero a uno típico en mi vida, yo quiero a uno distinto.






Podemos ser cómplices por una vez; podemos gustarnos, podemos cuidarnos, podemos soñarnos, pero no enamorarnos.







Deja que la noche nos vuelva a juntar..





 Sé que la próxima vez que te vea, no me aguanto las ganas y me como la noche en tu piel si me dejas.


Tengo resaca de ti. Y te digo esto porque cuando estoy contigo es como una gran borrachera, todo te parece perfecto, tan fácil… pero una vez pasado su efecto, viene la resaca, ese malestar, dolores por todo el cuerpo, ganas de volver a esa extraña sensación. Ganas de volver a emborracharme de ti.










 Yo solo quiero alguien con quien reírme, sin preocupaciones. Alguien con quien pasar el rato.  Deseo conocer los entresijos de su casa, en especial de su cama, pero eso sí, sin ataduras. No quiero amarlo, no, eso no, nada de enamorarme. También quiero que me muestre como es, prohibido aparentar.  Por otra parte tan solo pido que trate bien a mis amigas y que las noches de sábado me lleve a tomar cervezas con sus colegas. Que si me miente no me entere y si le intenta bailar el agua a otra este pensando en mi. Si llevo un vestido quiero que me diga que le gusto, pero si llevo unos vaqueros quiero ver en su mirada que le encanto. Que yo solo pido un “eh ¿chica, como te llamas?”. Solo eso, nada más. 



;)


Cuando veo que su jersey se levanta lentamente, sin prisa, pero sin pausa, la que tiene prisa soy yo, mi corazón y mis instintos de canival. Y deja apreciable a la vista una fina banda en la que puede leerse grabado a fuego, marcado con ciento cincuenta mil tipos de hilo, y otros tantos tipos de colores : Calvin Klein.


Entonces entiendo que estoy totalmente perdida, pero lo que se dice jodidamente perdida.


Siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma una direccion pensando que aun los caminos se volveran a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña, no pasa nada estamos hechos el uno para el otro, al final estara él. Pero al final solo ocurre una cosa, llega el puto invierno.